Descripción
Tomatina Curatodo se pasaba la vida ayudando a los demás. Desde muy temprano, todas las mañanas se veía una larga fila de pacientes en su puerta.
Tantas quejas, tantos males y Tomatina siempre con la solución en la mano, siempre tan atenta y sonriente, siempre dispuesta a escuchar. Sin embargo, ella sentía que algo le faltaba y una mañana ya no quiso atender a nadie más. Entonces alistó un morral y una bicicleta y en busca de su amor por el mundo se fue.
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